El licor...
Ese místico líquido que ha acompañado al ser humano desde que dio sus primeros y torpes pasos en los albores de la historia(ya sabemos porque eran torpes). Bebida maravillosa capaz de inspirar los más sublimes versos y los crímenes más bizarros. Su ingestión provoca lo más inesperados efectos, enrojece los rostros, exalta las pasiones, aplaca el dolor, provoca accidentes (si lees esto probablemente tú seas uno de esos).
Los antiguos griegos reconocieron el valor de una buena Duff. El licor en sus venas les permitió construir una sociedad de perfecta opresión, donde los borr... digo, los filósofos podían dedicarse a chismear, pensar pendejadas y torturar a los jóvenes colegiales del futuro.
En los banquetes, los distinguidos ciudadanos matizaban sus tardes con un poco de vino, el cual les permitia abrir las puertas de su corazón y de sus cerebros (traducción no culiola: habladas de borracho). El maravilloso nectar lograba que brotaran de las más hondas partes del ser maravillosas prosas y versos que deleitaban a todos quienes escuchaban. Las alabanzas a los dioses surgían más facilmente de las lenguas sueltas.
Debemos agradecer al poder del alcohol que la humanidad cuente con temas inagotables para divagar y darle sentido a su ruda existencia. Que hubiera sido de estos siglos sin la singular compañía del licor (tal vez tiempos de insípida paz y felicidad). ¿Como podríamos lidiar con esas largas y calurosas tardes del verano sin la compañía de una refrescante cerveza?
Recordemos esas repetidas ocasiones en las que nos reunimos a departir con nuestros amigos y compañeros para degustar una deliciosa bebida de malta. Gracias a ella, podemos llegar a conocernos más (en ocasiones más de lo que quisieramos) y compartir momentos inolvidables (por desgracia).
Y resulta que los científicos que trabajan en las instalaciones del Gran Acelerador de Hadrones han descubierto que lo que ingerir grandes cantidades del reactivo conduce a las personas a derribar esas terribles mascaras que la sociedad impone sobre ellas. Así, tu amigo el "galán" se vuelve aún más cariñoso pero no precisamente con las mujeres, el tímido se vuelve extrovertido( en ocasiones demasiado), aquella persona de la esquina oscura parece tornarse más atractiva; y podría seguir citando una gran cantidad de ejemplos pero me da pereza...
Se preguntarán ¿a que viene toda esta hablada? Creo que yo me hago la misma pregunta (que anormal).
Todo este preámbulo viene a iniciar este nuevo proyecto llamado la "Mesa de Tragos". En este pequeño sitio de la Internet pretendo captar el espíritu que se vive cuando tomamos cuando nuestros amigos, esas conversaciones memorables de todos los temas inimaginables, que acerca de todo un poco y en realidad terminan siendo un gran cúmulo de nada. Es así como en este lugar (para desgracia de todos los que me lean) plasmaré todas las inquietudes que se me vayan presentando en mi retorcida cabeza (en realidad no solo eso sino todo lo que me de la gana)...
Mudanzas
Hace 13 años