Pues, en realidad me agarró tarde porque desde setiembre se sienten los aires consumistas. Desde hace algunos meses era posible caminar pasear por distintos centros comerciales y disfrutar al mismo tiempo de las extravagantes decoraciones gringo-navideñas.
Imagino que Jesús debe estarse revolcando en su tumba al ver los muñequitos de nieve y los gordos pedófilos que pululan por estos tiempos gracias a la celebración de su nacimiento, sin mencionar la molesta música en ingles que resuena por los recintos (UI UISH YU A MERRY CHRISHMAS!).
Por cierto, gracias a Coca Cola por convertir al viejillo panzón en todo un icono del consumo y darle un significado interesante a un mes como diciembre: celebrar el consumismo en familia (las familias consumen más que las personas que no tienen familia, aunque las personas que no tienen familia se deprimen y buscan llenar el vacío de sus patéticas vidas con cualquier cosa, así que da igual).
Yo personalmente sufro desesperadamente durante la última semana de Noviembre al presentir todos los horrores que se avecinan, y que se gestaban meses atrás. En primer lugar estan esos molestos anuncios con los que nos bombardean los medios de comunicación. Dichos anuncios nos indican que debemos respetarnos y amarnos unos a otros porque una magia rara(herejes vulgares!) inunda el ambiente y la época. Es algo así como: pueblos del mundo unanse en diciembre, no importa que se maten el resto del año mientras respeten el mes de los regalos, digo, el mes del Mesias. Además, se insta al publico a que se deshagan de las cosas que ya no usan para ayudar a personas con escasos recurso materiales y escasa posibilidad de movilización ascendente en la escala social (como estamos en la era de lo políticamente correcto no debo decir pobre). Es decir, sintamonos todos buenas personas por dar cosas que para muchos de nosotros ya son basura. Eso sí, la caridad solo es posible en diciembre.
Deberían ser caritativos con los pobres diablos que queremos relajarnos un rato frente al televisor. Desde el primero de diciembre toda la programación cambia para darle paso a toda una serie de especiales navideños (en su mayoria peliculas idiotas y de bajo presupuestos) que se repiten año con año (deberíamos escribir el guión para: Santa contra Depredador, con Arnold en el papel de Santa). La epoca navideña es en cuestión televisiva como una especie de Semana Santa pero más larga y fea.
En Costa Rica lo que no puede faltar para las festividades son los vetustos programas de fin de año como El Chinamo y los Toros a la Tica en donde varios animales se enfrentan a un pobre toro. Por su parte esos espacios al estilo del chinamo simplemente se constituyen por humor barato y mujeres nada baratas (al menos sus implantes). Así podemos deleitarnos destruyendo nuestras neuronas con alcohol y malos chistes, mientras el país se hunde en una crisis economica. Para la "cuesta de enero" todo el dinero del aguinaldo habrá desaparecido gracias a la magia de la navidad y solo quedarán los bonitos recuerdos borracheras y accidentes en la carretera. La vida de algunos cientos de infelices no justifica el fin de la fiesta, al fin y al cabo somos muchos en el mundo y unos cuantos menos no harán la diferencia.
Bueno por hoy ya me cansé así que me despido con algunos consejos para las festividades:
1) No coma todo lo que le pongan por delante
2) No se tome todo lo que le pongan por delante a menos que cuente con chofer designado
3) Si quiere ayudar a los pobre para sentirse bien con ud mismo sería mejor que identificara el problema y tomara acciones al respecto. Un poco de comida y ropa vieja no son suficiente ayuda
4) No solo es posible actuar como ser humano durante la Navidad, dicha actitud tambien es posible extenderla durante el resto del año. Dese una oportunidad.
This entry was posted
on 3.12.08
at 18:12
and is filed under
Navidad,
Reflexiones
. You can follow any responses to this entry through the
comments feed
.